martes, 5 de junio de 2012

La salud y el vino

Durante el transcurso de nuestro blog, y en todos los artículos que hemos publicado hasta la fecha, nunca os habíamos contado la importancia que tiene para la salud el vino, y muchos os preguntareis,
¿por qué es bueno el vino para la salud? ¿qué relación tiene la longevidad con el vino?.

Pues bien, existen tantos beneficios para la salud con un consumo moderado, que dedicaríamos más de un artículo para poder contártelos todos. Os vamos a nombrar algunos.

Estudios epidemiológicos arrojan datos evidentes que el consumo moderado de vino protege frente al riesgo cardiovascular, también reduce el riesgo de diabetes tipo 2,  de enfermedades metabólicas, prácticamente todas úlceras, puede disminuir el estress oxidativo y el daño celular, reduce el riesgo de ictus cerebral . . .

Según nuestros profesionales, la ingesta diaria de vino, no debe de rebasar de 40 gramos, repartido en las dos comidas principales, significa 4 vasitos diarios, dos en cada comida; la mujer no debería superar los tres vasos de vino al día.

Los principales componentes del vino, además del agua, el alcohol y la fibra, son: ácidos orgánicos, glicerina, azúcares, componentes volátiles, minerales, polifenoles, aminoácidos, pectinas, gomas, vitaminas, etc.

Los bebedores moderados de vino, 10 - 40 g/día de alcohol, tienen un riesgo de mortalidad reducido, frente a abstemios y alcohólicos. En el 2003 se establece que el consumo de Resveratrol aumenta la esperanza de vida en ratones un 24%, y el hasta el 59%, en moscas y peces.

El Resveratrol activa el gen SIRT1, que regula la duración de la vida. Y, ¿que es el Resveratrol? Pues es un compuesto polifenólico que se produce y se almacena en la piel de las uvas.

Algún dato más. Tras tres años de seguimiento, experimentan una reducción entre un 75% y un 80% de riesgo de Alzheimer, según un estudio hecho en la zona de Burdeos.

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Johns Hopkins reveló que si los humanos consumieran en promedio dos copas de vino diarias, se les reduciría la posibilidad de sufrir un ictus cerebral entre un 30% a un 40%, comparando con aquellos que no toman esta bebida.  La molécula responsable de esta reducción es el Resveratrol.

Si la cultura del vino se transmitiera a los jóvenes de una manera generalizada y de un consumo moderado, sería un antídoto muy bueno para las posibles lesiones que pudiéramos tener en el futuro.

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