
Siempre asociado con el lujo, el éxito, el poder y lo exclusivo, hoy es el máximo exponente de toda cocina glamurosa que se precie y no al alcance de todos los bolsillos.
La función del oro en la cocina es como aditivo colorante, que no tiene sabor ni olor, pero es utilizado como cobertura para dar color y como adorno en los platos. Los restauradores de la alta cocina, lo tienen en sus laboratorios como un ingrediente más para su aderezo de sus exclusivos y elaborados platos.
Según los expertos, es inocuo para el organismo y es muy saludable por sus fuertes características de metal noble. Sus virutas, son estimulantes, energizantes y protectoras, y hoy, ya podemos asegurar que retardan el envejecimiento de la piel y eliminan toxinas.
Su elaboración empieza con la fundición de las pepitas de oro, después de fundirse, se forma un lingote, que a continuación, mediante el paso de unos rodillos, se convierte en una fina lámina.
El siguiente paso, las delgadas láminas se ponen encima de una superficie plástica y una encima de la otra, hasta tener 1000 láminas y se baten varias veces para disminuir su espesor.
Y por último, las láminas se cortan y se empaquetan o se trituran hasta convertirse en polvo o copos para su uso en la cocina, generalmente es usado en chocolate, postres, bebidas, etc.
Hoy en día se comercializa en láminas, polvo y spray. En copos con dosificador, muy similar a un salero para espolvorear la elaboración de nuestros platos, ya sean de postre, carne o pescado. También como pulverizador y en láminas para envolver todo tipo de postres.
¿Podrás resistirte a este exclusivo manjar? Nosotros no.
Copos de oro de 22 quilates (100mg de oro en dosificador) 39,95€
Láminas de oro 22 quilates 39,95€
Spray de oro 24,50€
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