sábado, 10 de marzo de 2012

¿La bodega perfecta?


El monasterio de Santa María de Retuerta acoge Le Domaine, un restaurante donde se pueden probar algunos de los mejores vinos que se cultivan en los viñedos de esta bodega de la Ribera del Duero. Repasamos la historia de un lugar con un encanto especial para los caldos.




En 1998 el grupo farmacéutico Novartis decide adquirir la bodega y poner en marcha esta ambiciosa y emocionante aventura. Le Domaine, como se ha denominado al proyecto, es el sueño de Abadía Retuerta de construir una experiencia única en torno al mundo del vino, donde se pueda disfrutar de los placeres culturales, sensoriales y gastrónomicos que la bodega puede ofrecernos. Los viñedos se plantaron hace poco más de veinte años tras intensos estudios para situar cada variedad en los suelos que mejor se adaptasen a las condiciones de la planta. Estas 210 hectáreas se dividen en 54 pagos distintos con el fin de extraer las cualidades únicas de cada terruño. Entre ellas encontramos un 70 por ciento de tempranillo, 20 de Cabernet Sauvignon y en menor medida merlot y petit verdot.

Finca de la Abadía Retuerta.

El restaurante Le Domaine.
Los vinos de la finca Abadía Retuerta presentan unas características que los hacen muy particulares. Son aromáticos, redondos, finos, estructurados y de intenso color. La crítica mundial ya los ha situado entre los grandes de nuestro panorama vitivinícola, pero siguen en proceso de mejora, como confirman las excepcionales añadas de los últimos años. Tradición y modernidad se dan la mano en la forma de trabajar del enólogo Ángel Anocibar, que asesorado por Pascal Delbeck, utiliza todos los adelantos técnicos que permiten controlar el bienestar de la planta. Una veintena de torres antihelada ayudan a soportar el rigor del invierno castellano, se realizan seguimientos diarios del estrés hídrico de la planta, de su crecimiento, así como de la madurez fenólica de las uvas.


Uso de la gravedad
La bodega, diseñada por el propio Delbeck es una de las más avanzadas de Europa. Destaca el uso de la gravedad en todos los procesos de elaboración del vino. Un sistema de depósitos voladores a través de grúas evita que el vino sea perturbado por los movimientos de las bombas. El control de la temperatura de la sala de barricas se realiza de forma natural, sin gasto energético, gracias a estar situada bajo la ladera del monte ayudada en momentos puntuales del verano por refrigeración artificial. Los vinos descansan después en un sorprendente parque de 4.000 barricas apiladas en altura, que poseen un sistema adaptado a los trasiegos del vino gracias al cual no es necesario el siempre dañino bombeo. Todos los pagos son vendimiados, vinificados e interpretados por separado; sus microorganismos, sus aromas y su color. Cada parcela es analizada de forma aislada para comprobar sus peculiaridades y descubrir si es apta para los parámetros de calidad exigidos para sus vinos.


Sus vinos
El vino de referencia de la bodega es el Selección Especial, en él se mezclan los mejores pagos de cada añada. Es la perfecta radiografía de la finca ya que el coupage se realiza en similar proporción a la de las las principales variedades plantadas (tempranillo, cabernet sauvignon y merlot). Su imbatible relación calidad-precio le ha reportado un sinfín de premios y galardones internacionales. Su poderosa concentración, su amable paso de boca y sus aromas que ensamblan de forma armoniosa los recuerdos florales, balsámicos y torrefactos le convierten en uno de los grandes vinos a orillas del Duero. La oferta se completa con Rívola, un vino joven que refleja el buen hacer de la bodega y con los vinos de pago, que sólo se elaboran si la añada es de una calidad extraordinaria. Entre ellos encontramos ‘Pago Negralada’, una viña de tempranillo de suelos arcillosos que evoca de forma perfecta la madurez de esta variedad. ‘Pago Valdebellón’, de cabernet sauvignon, proviene de un terruño pobre y calcáreo de arena y greda. Su particular microclima ayuda a que esta difícil variedad pueda alcanzar la madurez. Es un vino de una profunda complejidad aromática y una gran capacidad de envejecimiento. ‘Pago Garduña’, es una syrah de altura, ya que madura a más de 800 metros de altitud, lo que nos proporciona un vino intenso, frutal y armonioso. Su orientación éste evita uno de los problemas típicos de esta variedad en la zona, la sobremaduración. Por último encontramos ‘Petit Verdot’, un vino original y sorprendente del que apenas se elaboran mil botellas.

Y ahora ... un hotel


La culminación de este sueño dirigido a preservar la historia y expandir la cultura del vino a través de una experiencia única tendrá lugar a finales de este año cuando se inaugure en la antigua hospedería de la Abadía, un hotel de lujo con veintidós habitaciones. Su restauración ha respetado de forma fiel el legado arquitectónico del pasado. Un completo y acogedor Spa será el último paso hacia la absoluta relajación. La gastronomía es clave en Le Domaine, por lo que se ha albergado en el antiguo Refrectorio un restaurante donde los productos frescos de temporada son los protagonistas de los menús. La cocina es una brillante mezcla de tradición y ligeros toques de creatividad de la mano del prestigioso chef suizo Urs Bieri. Todos los comensales se dirigirán a la antigua Bodega de los Monjes para escoger el maridaje apropiado para cada plato. Otra sorpresa será la posibilidad de disfrutar de vinos especialmente elaborados para ser consumidos en él. Abadía Retuerta es una bodega especial y única donde podremos impregnarnos de un mundo de cultura y disfrute a través de un entorno incomparable y de algunos de los mejores caldos del país.
 

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