En la bodega Dominio Do Bibei, dentro del territorio de la Ribeira Sacra, el trabajo de un reducido grupo de gente se traduce en unos vinos que transmiten la esencia de la zona.
Tierra, agua, vegetación y clima, elementos fundamentales para conseguir un gran vino, todo lo que lo rodea le imprime carácter y personalidad, convirtiéndose en su seña de identidad. Pero no hay que olvidarse de la parte humana, piedra angular de este proyecto. Dominio do Bibei no es una bodega cualquiera. Su gente ha vuelto a sus orígenes devolviendo a este lugar único un regalo en forma de vino. Vino que ya cultivaban los romanos en este pedazo de tierra de la Ribeira Sacra y que este grupo de personas se encarga de trabajar, interpretar y transmitir el terruño a sus vinos y por su puesto a los que los disfrutamos. Son vinos atlánticos, con lo que ello conlleva, con carácter, elegantes, minerales y complejos. Vinos fáciles de beber hechos con cariño, con mucho cariño y que no dejarán indiferente a nadie. Según Laura Lorenzo, la enóloga, sus vinos Lalama y Lapola representan jovialidad, expresividad y narratividad mientras que la seriedad, que sería la última característica a tener en cuenta, está muy presente por ejemplo en Lacima y Lapena. La bodega es sencilla, minimalista e integrada en elpaisaje de tal manera que casi no te das cuenta ni de que existe. De hecho, algunos de los edificios están enterrados consiguiendo de esta manera sistemas bioclimáticos de refrigeración. Pero la bodega está ahí, como estas personas que cada año sacan lo mejor de su tierra para trasladarlo a sus singulares vinos.
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